La tormenta perfecta
Una disertación sobre el posible final de la hegemonía del dólar, la aparición del Petroyuan y el papel de las criptomonedas en este escenario.
Empecemos por hacer un rápido recuento histórico:
Para el año 1945 la moneda en la que estaban depositadas el 90% de las reservas de los países del mundo era la libra esterlina. Quitarle la hegemonía a la libra esterlina era una muy buena razón por la que Adolfo Hitler quisiera declararle y tratar de ganarle la guerra a la Gran Bretaña.
En la mitad de la segunda guerra mundial y ante una posición debilitada, el Reino Unido pidió ayuda a los norteamericanos para enfrentar a un enemigo que cada vez más parecía estarlos cercando. Los norteamericanos accedieron a ayudarle a los británicos a cambio de un par de concesiones: la primera que les transfirieran sus reservas en oro para cubrir los gastos y la segunda que una vez ganaran la guerra la moneda que prevalecería sería el dólar americano. Y como todos sabemos, los aliados ganaron la guerra y el compromiso fue honrado. Los Estados Unidos de Norteamérica iniciaron entonces lo que hoy vemos consolidado: son el centro financiero del mundo y Nueva York la capital de este mundo. Pero más allá, El dólar americano es la moneda de referencia en el mundo actual.
En 1972 el Presidente Richard Nixon determinó el final del patrón oro. En términos prácticos esto quiere decir que los nuevos billetes que emitiera el gobierno estadounidense (y aún los antiguos) ya no estarían respaldados por lingotes de oro depositados en las bóvedas creadas para ese fin ,como venía sucediendo hasta ese momento. A partir de entonces, el papel moneda emitido por la reserva federal estaría respaldado sólo por la confianza en la economía norteamericana; no tardaron mucho los demás países en imitarlo y así el patrón oro literalmente desapareció después de muchos años de hegemonía. Ahora las reservas internacionales estaban denominadas en dólares y su único respaldo es la confianza en la economía norteamericana.
Y con esta entronización del dólar lo único que se necesita para emitir dólares es voluntad política; al día de hoy para emitir dólares y para emitir deuda solo se ha necesitado consenso entre los poderes ejecutivo y legislativo norteamericanos. Esto ha llevado a que hoy por hoy la deuda de los Estados Unidos de América llegue a una astronómica suma cercana a los 20 billones de dólares (y estamos hablando de millones de millones). Para algunos expertos, esa deuda es totalmente impagable. No obstante el tema ha sido llevadero teniendo en cuenta tres factores: 1. las reservas de los países sigue representadas principalmente en dólares americanos, 2. la moneda de comercio internacional por excelencia es el dólar americano y 3. El gobierno americano logró negociar con el mundo que la única moneda en la que se negocia el petróleo es el dólar en lo que se denomina el petrodólar.
Con el ahorro del mundo denominado en dólares y con el comercio internacional realizado en esa misma moneda, los 20 billones de dólares de deuda son sostenibles para la economía americana; todos deben tener dólares para fines de comercio y prefieren el dólar para sus reservas.
Y el poder detrás de esta hegemonía del dólar es inmenso. Son los Estados Unidos de América quienes definen a cual gobierno o economía le aplican sanciones económicas y a cual no. Y claro, si es su sistema financiero el depositario del dinero del mundo, ese gobierno puede bloquear o impulsar las iniciativas que mejor consideren para el mundo.
Los Estados Unidos han bloqueado a países africanos, asiáticos, latinoamericanos y aún a grandes potencias como Rusia. En la actualidad, con fundamento o sin él recae un bloqueo sobre Corea del Norte, Siria y Venezuela entre otros países.
Con la llegada del Señor Donald Trump y su carácter impredecible al poder, los peores temores del mundo despertaron y se están exacerbando. No creo que haya ningún gobierno medianamente sensato en el mundo que quiera que sus reservas internacionales estén a merced de los caprichos de un gobernante de los Estados Unidos como Donald Trump y su delirio de grandeza.
De lo anterior se desprende que China con Xin Jinping a la cabeza y con el apoyo de Rusia al mando de Vladimir Putin, se quieran sacudir y sacudir al mundo de lo que consideran una opresión económica por parte de los Estados Unidos o lo que los contradictores llaman “los caprichos del Imperio”. Desde hace ya tiempo se viene alimentando una estrategia liderada por esos países para terminar con la hegemonía del dólar. La llegada de Donald Trump a la presidencia de la potencia norteamericana le cae como anillo al dedo a los impulsores de este propósito; su carácter impulsivo e impredecible alimenta los miedos de que el Tio Sam se haya vuelto loco. Me atrevo a pensar que si es cierto que los rusos influyeron en las elecciones de Estados Unidos a favor del señor Trump fue para que, con su llegada al poder, se facilitaran las condiciones para ganar el pulso en lo que algunos han decidido llamar “El inicio del fin de la hegemonía del dólar”. El temperamento, estilo y actuaciones del Señor Trump parecen confirmar esta teoría.
Y la forma de Xin de llevar a cabo este plan es imponer una nueva moneda de referencia para las reservas internacionales y para el comercio mundial. Y allí es donde aparece el Yuan. Después de que Rusia intentara por todos los medios posibles pero de manera infructuosa establecer que el petróleo se negociara en rublos, ahora el turno de intentarlo es para China. Siendo este país el principal comprador de petróleo del mundo sumado a que ha logrado alinear a los principales productores de petróleo del mundo como son Arabia Saudita y Venezuela, considero altas las posibilidades de lograr que el contrato de futuros de petróleo denominados en yuanes o petroyuan sea aceptado por el mercado. Gobiernos como el de Nicolás Maduro no podría estar más contento si el petroyuan logra su cometido; para bien o para mal, sería una gran sacudida de las sanciones impuestas por los Estados Unidos.
Por otra parte, la anti-diplomacia del presidente Trump y sus desmanes han ayudado a que países como Alemania y Francia hayan movido parte de sus reservas desde el dólar hacia el yuan. Rusia por su parte, ha venido convirtiendo sus reservas en dólares en oro físico hasta convertirse en el mayor importador de oro del mundo en los años 2016 y 2017. En otras palabras, hay grandes jugadores de la economía mundial saliendo del dólar y cada vez más razones para salir de esa moneda.
En fin, parece la tormenta perfecta para que se dé el final de la hegemonía del dólar.
Ahora bien, ¿está el mundo preparado para la hegemonía del yuan? Mi opinión es que no. O quien dejaría todo su dinero de reserva en manos de un gobierno que tiene visos de volverse totalitario si es que no lo es ya? Allí es donde entran en juego las criptomonedas y su descentralización y es por eso mismo que personalmente creo que esta nueva tecnología llegó para quedarse. Pero de eso hablaremos en otro momento.
Por ahora, he estado siguiendo al comportamiento del precio del dólar a través del índice dxy y no hay grandes movimientos; vale la pena aclarar que el índice DXY mide el comportamiento del dólar americano frente a 6 monedas principales de referencia: el euro, la libra esterlina, el yen japonés, el dólar canadiense, la corona sueca y el franco suizo. Estas son monedas de socios comerciales de los Estados Unidos. Particularmente, llama mi atención el hecho que el dólar no suba dado el positivo comportamiento del mercado americano de los últimos meses y el alza de las tasas de interés de la FED en curso.
También he estado siguiendo el comportamiento del precio de contado y del futuro del bitcoin en este inicio de 2018 y su enorme volatilidad. Quiero resaltar como, hasta ahora, el bitcoin ha resistido el embate de la ola vendedora proveniente de las ventas en corto a través del mercado de futuros.
No se si el dólar está llegando al final de su hegemonía pero creo que puede llegar a enfrentar la tormenta perfecta. Si se acercara el evento descrito los norteamericanos comunes sufrirán mucho pues se acostumbraron a gastar mucho más de lo que ahorran, el déficit fiscal del país tiene todo para aumentar por la reducción reciente de impuestos y les resultará más difícil financiar ese déficit pues tendrán que subir sus tasas de interés para financiar su enorme deuda. Eso pinta como un hueso duro de roer.
Tampoco sé si el bitcoin sobrevivirá pero si estoy convencido que la descentralización detrás de las criptomonedas es la manera perfecta de guardar ahorros sin depender de los caprichos o decisiones de uno u otro gobierno o uno u otro banco.
Cada día tiene su afán. Amanecerá y veremos.