Disciplina y Amor
La presente historia más que una anécdota financiera es una historia de amor.
Esta vez llegaron a mi oficina Edgar y Yuranis una pareja joven de esposos a quienes nunca olvidaré por la importante lección que dejaron en mi vida.
El propósito de la consulta de esta particular pareja era entender cómo era posible que los casi 50mil dólares que habían entregado a un asesor financiero se podían perder en una inversión de apenas un par de meses. Entendiéndolo bien podían saber si demandar o no al asesor.
Edgar era un hombre de aproximadamente 35 años que había empezado su vida económica vendiendo minutos de celular en la calle y pronto había logrado llegar a ser vendedor de celulares como dependiente de un almacén. Era un hombre inteligente, hábil para los negocios, con un temperamento muy amable, ambicioso y con un perfil de riesgo muy alto; es decir, le gustaba tomar riesgos aunque contaba con una habilidad nata para evaluarlos, medirlos y afrontarlos.
Gracias a sus habilidades Edgar había logrado rápidamente pasar de ser empleado de un concesionario de celulares a ser el dueño de su propia concesión.
Conoció a Yuranis desde que eran estudiantes de colegio y habían decidido unir sus vidas. Yuranis era mujer muy dulce y era evidente que confiaba ciegamente en Edgar. Yuranis apoyaba irrestrictamente las decisiones de Edgar y muchas veces le había servido de polo a tierra para que los riesgos que tomaran no fueran desmedidos.
Dos meses antes de entrar a mi oficina, Edgar había conseguido un negocio para una compañía de telefonía móvil por el cual le habían dado un anticipo de 50mil dólares; cerró el negocio y recibió el cheque del anticipo. El concesionario de Edgar y Yuranis iba a tener el dinero correspondiente al anticipo por 3 meses antes de entregárselo a la compañía de telefonía móvil. Salió de la oficina en donde había recibido el anticipo sintiendo que ese dia la vida nuevamente le sonreía y con la suerte de su lado decidió que podía probar suerte. Muy cerca de allí encontró una oficina de una sociedad de inversión en bolsa y decidió entrar a “apostarle al mercado de divisas” sin consultarlo con su esposa.
La sociedad de inversión era una entidad debidamente autorizada por la ley para actuar por cuenta de terceros en el mercado de divisas: Allí le explicaron detalladamente cómo funcionaba el mercado de divisas y después de conocer el perfil de riesgo de Edgar le plantearon que podía participar en el mercado de divisas por medio de operaciones apalancadas a través del mercado de futuros.
La operación de futuros es generalmente utilizada para generar coberturas cambiarias de manera que un inversionista (o un deudor) se puede proteger de fluctuaciones negativas del tipo de cambio. También es utilizada por los agentes del mercado para especular en el mercado. El apalancamiento consiste en que aportando como garantía, por ejemplo 100 dólares, el agente puede comprar o vender hasta 1200 dólares del subyacente. Si el valor del subyacente sube de 1200 a 1230 dólares, el inversionista gana 30 dólares con solo haber aportado los 100 dólares de garantía. En este ejemplo, es una rentabilidad de 30% sobre los 100 dólares aportados. Lo mismo puede suceder con las pérdidas. Alto riesgo alta rentabilidad, así es el mundo de la especulación.
Pues bien, con sus 50mil dólares Edgar decidió apostarle a la divisa americana y compró contratos de futuros por valor de 600mil dólares.
Para quienes quieran entrar al mundo de la especulación quiero mencionar las reglas de oro que se deben seguir:
Tener CLARO cuál es el objetivo de ganancia que se espera obtener. En el ejemplo de Edgar un buen objetivo podría ser ganar un 6% sobre los 600mil.
Tener AÚN MÁS CLARO cuál es la máxima pérdida que se va a soportar sobre la posición especulativa tomada. Lo más sensato es arriesgar un máximo de 1 dólar por cada 3 de ganancia esperada. Esta no es una regla única; cada inversionista determina sus propios niveles. Para el caso de Edgar y con una ganancia esperada de 6%, la máxima pérdida no debería sobrepasar el 2% de los 600 mil dólares. Esto es lo que se denomina un risk/reward ratio de 1 a 3.
Ser MUY disciplinado en tomar las utilidades una vez alcanzado el objetivo o parar las pérdidas una vez se llega al nivel de riesgo máximo asumido. Esto es muy dificil aun para el operador más avezado.
Pues bien, Edgar no tenía una estrategia de especulación y le pasó lo que los operadores profesionales denominan “Se enamoró de su posición abierta”; es decir, sobrepasó los límites de pérdida deseables y se quedó soñando con que el mercado recuperaría el 7% que había perdido hasta ese momento. En total perdió 42mil dólares de los 50mil con que empezó.
Especular no es ilícito como no es ilícito el mercado de futuros. Se debe tener estrategia y disciplina.
Edgar, en su intachable e irreprochable honestidad, estaba reconociendo ante todos los presentes en aquella reunión incluyendo a Yuranis que, por falta de habilidad, había dejado correr la pérdida sin tomar ninguna decisión de proteger su capital, o mejor, el capital que ni siquiera era de él pues era un anticipo de un negocio de celulares.
Pero nunca olvidaré las palabras que le dijo Yuranis a Edgar despues de oir de boca de su esposo la historia completa de lo que había sucedido. Ella le dijo: “Edgar, usted y yo estamos donde estamos por su habilidad para los negocios. Yo creo firmemente en usted y de alguna parte saldrá la plata para pagarle al operador celular. Usted y yo nunca nos hemos peleado; esta no va a ser la primera vez que lo hagamos y menos pelearemos por plata. No hay nada que logre que yo lo ame menos”.
Y yo, hasta el dia de hoy, me quedé sin palabras. Esta es la mejor historia de amor de la que he tenido la oportunidad de ser testigo. Estoy seguro que Edgar sigue con un negocio próspero y que la relación de esa pareja sigue sólida.