Una Experiencia como Coach Financiero

En esta ocasión quisiera compartirles una de mi experiencias en mi actividad como Coach Financiero guiando a las personas en organizar sus finanzas personales.

Se trata del caso de Carlos, un hombre de 61 años de edad cuya actividad es el desarrollo de Proyectos de Construcción. Es un hombre muy cordial, con tres hijos ya adultos y una esposa encantadora. Carlos cuenta con una habilidad especial en la estructuración financiera de proyectos de inversion inmobiliaria; mejor dicho, todo un experto en finanzas. 

Cuando me contactó, me sorprendió que una persona con tan amplia trayectoria financiera estuviera buscando ayuda para organizar sus finanzas personales. Como es habitual en mi práctica, tuvimos nuestra primera reunión de conocimiento del cliente; esto es, un conocimiento más detallado de, llamémoslo así, su “intimidad financiera”.

Tuve una muy positiva sorpresa pues encontré una persona organizada en grado superior. Toda su información financiera estaba al dia y organizada, tenia los estados financieros de su familia (algo poco común en las personas) y controlaba minuciosamente sus gastos; a tal detalle lleva el control de sus gastos Carlos que, por ejemplo, después de sacar dinero en efectivo del cajero automático, utiliza el mismo recibo que le entrega el cajero y en el reverso va anotando en que gasta el efectivo que tiene. Una práctica totalmente sana (financieramente hablando) que pocas personas realizan por lo dispendioso que resulta. También, Carlos es muy riguroso en atender sus obligaciones con el sector financiero y solo presentaba algunos retrasos con el pago de sus impuestos. En general, Carlos es una persona ordenada, disciplinada y rigurosa con sus finanzas personales y su salud financiera era bastante buena en el momento de iniciar su programa de Coaching Financiero (PCF).

En ese punto yo ya empezaba a preocuparme: Cual podría ser la preocupación de una persona así de organizada? Pues bien, el caso es el siguiente: Carlos estaba muy cerca de la edad de jubilación en el país donde reside (62 años) y ha sido muy cuidadoso con los aportes de su propia seguridad social. En su negocio, los flujos de dinero son irregulares: algunos meses tiene ingresos importantes y en otros puede no recibir nada. Por la época de la consulta, la dinámica de su negocio iba a paso lento y Carlos, en su rigurosidad, quería recomponer sus finanzas para pasar el “chaparrón”. De su casa con un valor de mercado cercano a los USD 500.000 todavia tenia una hipoteca con un saldo de USD 25.000 y sus gastos más urgentes los estaba cubriendo con el uso de sus tarjetas de crédito que siempre difería a un máximo de tres meses.

El diagnóstico del caso de Carlos: su flujo de caja estaba requiriéndole unos desembolsos mensuales altos y eso le generaba intranquilidad. El camino a tomar: acciones efectivas que aligeraran su carga mensual mientras empezaba a recibir su mesada pensional en un año vista;  eso fue lo que establecimos como objetivo del coaching.

Mis recomendaciones para Carlos fueron: 

1. Alargar la duración de su deuda. Esto es, buscar una compra de su cartera de tarjetas de crédito a corto plazo que no solo alargara la duración de la deuda sino que representa una reducción importante de la tasa de interés. Por lo general, la tasa de interés de las tarjetas de crédito son las más altas del mercado y los créditos de libre inversión tienen plazos mucho más largos y tasas de interés más favorables aunque su aprobación es un poco más lenta. Para lo anterior, Carlos podía contar con su casa de USD 500.000 que podía resultarle interesante como garantía a un banco.

2. Revisar con un abogado especializado en pensiones si su aporte del momento de la consulta a su seguridad social era el adecuado, pues sospechamos que, para el momento de la vida en que estaba Carlos, su aporte podría ser excesivo, pudiendo reducirlo o inclusive no necesitar aportar más para alcanzar su pensión.

3. Pagar cuanto antes los saldos pendientes ante la Administración de impuestos. Las tasas de interés por mora de impuestos así como las sanciones pueden llegar a tornarse impagables.

4. Guardar las tarjetas de crédito o, en caso de requerirlo, diferir al mayor plazo posible con la firme intención de prepagar rápido.

Durante algunas sesiones estuvimos haciendo seguimiento con Carlos de las tareas asignadas buscando alternativas a cada situación que se iba presentando.

Carlos dejó de consultarme y recientemente lo volví a encontrar en un evento social. La pregunta para Carlos era obligada: Como te acabo de ir con tus temas financieros?. Con la disciplina de Carlos, ejecutó cada una de las acciones recomendadas obteniendo con el banco un préstamo a 10 años contra una nueva hipoteca de su casa; su incansable cumplimiento al sistema financiero fue su mejor carta de presentación para tener acceso al crédito bancario. Con ese dinero cubrió las obligaciones tributarias primero que nada, canceló los saldos adeudados a las tarjetas de crédito (tarjetas que ahora utiliza muy poco) y por supuesto alivió su flujo de caja de una manera importante. Carlos hizo la consulta jurídica sobre sus aportes a pensión encontrando que, como lo sospechamos, no necesitaba aportar más al sistema; Un alivio inmenso! Pero hizo algo más: en su momento, le expuso su situación a toda su familia, momento en el cual los hijos decidieron aportar a la economía de la casa. El objetivo fijado en el PCF lo cumplió!

Las palabras de Carlos en nuestro re encuentro fueron muy dicientes: “Mi último año antes de pensionarme se volvió tranquilo; y la tranquilidad sigue hoy conmigo. Hoy soy un feliz pensionado”.

Y yo como Coach, soy feliz! Es por resultados como el de Carlos que mi trabajo vale la pena.

El nombre de la persona ha sido cambiado y muchos detalles omitidos para proteger la intimidad del cliente.

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Danilo Raymond