Mentiras verdaderas

"Es muy común que las personas omitan una parte de sus gastos por olvido o por vergüenza pero también es común que las personas se mientan a si mismas; pero los números no mienten y allí lo estábamos viendo."

Otra de mis experiencias.

De una de las empresas que asesoro me llamaron para atender el caso de Mario, un colaborador muy eficiente y muy querido por todos sus compañeros y jefes.

Mario le había hecho conocer a algunos de sus compañeros su difícil situación financiera y con el aprecio que esos compañeros le tenían habían decidido, además de ayudarle con algunos de sus gastos, pedirle ayuda al área de talento humano de la empresa para ayudarle a organizar sus gastos y enseñarle cómo optimizar sus recursos.

La empresa, dentro de sus actividades de responsabilidad social tiene un presupuesto asignado para ayuda directa a sus colaboradores por la vía de préstamos blandos pero también presupuesto disponible para darles orientación financiera personal especializada. Mejor dicho: "no solo te damos pescado; te enseñamos a pescar". Allí apareció nuestro consultor.

Pues bien, Mario es un hombre de 41 años de edad, casado y con dos hijos. Su ingreso como asistente administrativo apenas sobrepasa un monto equivalente a dos salarios minimos legales. Su esposa Judy se quedó sin trabajo 10 meses atrás de la consulta lo que había disminuido a la mitad los ingresos familiares ya que ella tambien ganaba el equivalente dos salarios minimos legales.

Mario y su familia vivian en una casa familiar con la madre y el hermano soltero de Judy. La casa es de propiedad de la señora madre, no tiene ninguna hipoteca o deuda pendiente y habían arreglado que entre todos pagarían el mantenimiento y sostenimiento en partes proporcionales. Asi, Mario no pagaba arriendo pero debía pagar 2/3 partes de los gastos de la casa (servicios públicos, impuestos, alimentación etc) dado que en la casa viven 6 y el grupo familiar de mario son 4.

Pues bien, iniciamos el proceso de conocer los gastos de Mario en detalle encontrando que tenía una sola deuda muy pequeña y a punto de terminar de pagar y recibos en mano sacamos los gastos detallados; estábamos tratando de identificar en donde poder hacer recortes pues la familia estaba teniendo un déficit mensual de un 10% de su ingreso. En otras palabras a Mario sus compañeros le regalaban un sobresueldo de 10% por consideración a sus continuos lamentos. Pues bien, para mi sorpresa y con la información suministrada, Mario tenía una capacidad de ahorro del 15% de su ingreso mensual! Algo raro estaba ocurriendo.

Y la pregunta era obligada: ¿Qué es lo que mario no nos está diciendo? Es muy común que las personas omitan una parte de sus gastos por olvido o por vergüenza pero también es común que las personas se mientan a si mismas; pero los números no mienten y allí lo estábamos viendo.

Este último era el caso de Mario. Se decía mentiras a si mismo. Cuando le preguntamos inicialmente como se transportaba entre el trabajo y la oficina, Mario contestó que, como la mayoría de los bogotanos, lo hacía en Transmilenio, el sistema de transporte masivo de la ciudad de Bogotá. Después de preguntarle varias veces encontramos el punto: nos confesó que a veces salía muy cansado del trabajo y en lugar de Transmilenio tomaba taxi y eso podía darse 2 o 3 veces por semana! Claro, ese pequeño detalle botaba el presupuesto por la borda! gastaba más en transporte que en comida! De hecho era frecuente que no almorzara para ahorrar.

La buena noticia es que esa era la única y gran mentira de Mario, pero la cubría acudiendo al buen corazón de sus amigos y compañeros.

Mario hizo un compromiso serio consigo mismo empezando por dejar de despertar lástima en los demás. Con el compromiso y un poco de orden fue suficiente. Un año después las cosas habían cambiado sustancialmente; Judy consiguió trabajo y gracias a sus ahorros estaban iniciando el proceso de comprar su propia casa. Estaban ahorrando el 45% de su ingreso conjunto. Si señor lector, ganando el equivalente a 4 salarios mínimos se puede ahorrar un porcentaje así de alto! "No se trata de cuanto ganas, se trata de cuanto gastas."

Y todos ganamos: Mario y su familia están tranquilos y organizados, la empresa feliz pues colaboradores tranquilos son más productivos y yo porque tuve esta oportunidad de cumplir mi misión.

Gracias Mario por enseñarme a reconocer errores y enmendarlos. Ahora entiendo por qué lo quieren tanto en su empresa. Un error lo comete cualquiera.